Con el senador Eleuterio Fernández Huidobro (CAP-L, Espacio 609)

Te quedás en la tribuna o bajás a la cancha
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Burocracia y descentralización. La enseñanza como problema de toda la ciudadanía y no sólo de los docentes. El aborto y el veto de "Pluma Blanca". Kafka y Trotsky. Estrategia y táctica. Mujica y Astori.
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El senador Eleuterio Fernández Huidobro habló este miércoles con Brecha. Sus palabras usaban la realidad como piedra de toque y seguían caminos a veces arborescentes. No tiene presidenciable para 2009, pero juega los boletos a que habrá internas en el Frente Amplio y augura que Astori no aceptaría ser el vice de Mujica.
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Nelson Cesin
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—Atribuir buena parte de los males que aquejan al país a la existencia de una burocracia omnipresente y omnipotente, como usted lo ha hecho en los últimos tiempos, ¿no es una forma de evadir las responsabilidades que puede tener el gobierno en esos males?
—¿Quién dijo que el gobierno no tiene nada que ver con la burocracia? Yo no dije eso, dije que hay una realidad, muy visible en un país tan pequeño como Uruguay. Capaz que en otros países más grandes, con burguesías más potentes y más protagonistas, ellas se encargan de lidiar con la burocracia, pero en países pequeños, si se distraen un poco es bravo. La burocracia la tenemos dentro, está en los partidos de izquierda también. La izquierda además tiene expresiones burocráticas universales colosales, como la de la Unión Soviética, por ejemplo, un pequeñito ejemplo de aparato burocrático. Y nosotros fuimos educados en esa ideología. La burocracia no es una cosa ajena, rara; es una introspección también.
—¿Y cómo se enfrenta desde un gobierno de izquierda ese mal endémico que todos tenemos dentro?
—Acaba de comenzar una nueva huelga de adeom, por ejemplo. Si el intendente de Montevideo hubiera aprobado todos los reclamos, se habría consumido el 62 por ciento de lo que ponen los montevideanos, cuya enorme mayoría son trabajadores, no son patrones burgueses y proimperialistas. El 62 por ciento en el salario y otros beneficios implica que cesa el funcionamiento y cesan las inversiones; tenés que cerrar el palacio, apagar la luz, poner la llave y encomendarle a Abitab o a Red Pagos que recaude y pague, y haga una oficina jurídica colosal con abogados de izquierda, que nos sobran, para cobrarles a los que se atrasen. Por otra parte, la descentralización que produjimos, que es el único remedio contra la burocracia (o es uno), es de mentira, porque la descentralización real es la que duele, es la que extirpa, es la de los recursos monetarios, es la de la recaudación, es la de las maquinarias, de los funcionarios, para que el pueblo controle directamente cómo se limpia, etcétera. Si no ponemos los mecanismos del poder real al lado de la gente, estamos totalmente fritos.
—Descentralización como transferencia de poder real.
—De poder real, total y absoluto.
—Y eso, a su juicio, no ha ocurrido en Montevideo.
—No, qué va a ocurrir. Uruguay es un país unitario. Artigas fundó el federalismo… argentino; acá se instaló un país unitario, salvajemente unitario, donde toda la Policía, con bomberos y cárceles incluidos, se dirige desde San José y Yi. Donde la enseñanza se dirige desde lugares hipercéntricos. El Ministerio de Ganadería está tratando de colocar oficinas en todos los departamentos porque era un ministerio del centro; el Instituto Nacional de Colonización está en la Ciudad Vieja.
—Está bien, pero eso supone admitir que la izquierda, al cabo de 18 años de gobierno en Montevideo, no ha avanzado ni un tranco de pollo en una de sus principales líneas programáticas, la descentralización.
—No hay problema, ¿cuál es el problema? ¿Asumir alguna parte de culpa? Esto es mucho más profundo que analizar política, estamos hablando de ideología, de estrategia, de algo mucho más hondo. Esto es un problema de mirarnos al espejo todos nosotros y ver qué tiene que hacer un país como el nuestro para salir de donde está y entrar al futuro, incluso rumbo a un posible socialismo. Así no, por este camino no.
—¿La responsabilidad por el conflicto municipal está exclusivamente del lado de los trabajadores?
—No, no, hay responsabilidades compartidas, que no son de ahora, son viejas. Pero se deben a esto, no podemos con nuestro genio, nuestro genio es más fuerte que nosotros. Te podría hablar del liceo 38, es lo mismo, ¿cómo puede haber tantos estudiantes dentro de un liceo? Hay una mentalidad centralizadora, nos gusta lo grande, lo colosal. Tenemos Senado, ¿para qué queremos Senado? ¿Qué pensamos que somos?, ¿la Cámara de los Lores, en un país de tres millones de habitantes, la población de Matanza? Es un barrio de San Pablo, con Senado de la República. Es una locura, todos somos sobrantes ahí; los empleados también.
—Le van a decir que esto es la prueba de que nunca creyó en la democracia liberal...
—Al contrario, estoy hablando de la democracia liberal; esto no es democracia liberal. Por ejemplo, entre otras cosas, la democracia tendría que llegar al Poder Judicial, porque todavía no llegó, en 150 años la democracia no llegó al Poder Judicial; hay que averiguar cómo se eligen los jueces, quién los designa, quién nombra a los funcionarios, cómo funciona ese poder del Estado, si funciona democráticamente. Los uruguayos tenemos que preguntarnos eso.
—¿Y usted qué cree?
—Que no existe.
—¿Que el Poder Judicial no es un poder democrático?
—Ni que hablar, de ninguna manera, no entró ahí la democracia todavía, aún hoy, es casi una monarquía poliárquica, con varios reyes, no uno: cinco hay; que definen absolutamente todo. Y adonde se llega prácticamente por antigüedad, como en el Club Atlético La Boya, donde vos podés llegar a ser Maradona por antigüedad. Si cada miembro de la Suprema Corte de Justicia puede designar 25 funcionarios para que ingresen, de abajo, y cinco del medio; si ningún abogado, por más que sea grado 5 o grado 4, aunque sea Vaz Ferreira –si viviera–, puede postularse para ser juez letrado de algún juzgado de Montevideo, porque no ha hecho la carrera judicial, no empezó por un juzgado de paz de la 18ª sección de Tacuarembó, es bravo… Es como si en Brecha se pudiera ser periodista por antigüedad, y también director, editor, armador, y fotógrafo por antigüedad. El mamarracho que saldría…
—¿Usted asocia burocracia con corporativismo?
—No siempre, pero son parientes muy cercanos. Pero ojo que la burocracia es privada también. Por ejemplo, la reserva de mercado que lograron los oftalmólogos de mi país, que produjeron la huelga que produjeron, es un acto corporativo y burocrático.
—¿No hay riesgos de corporativismo y burocracia cuando se reclama autonomía y cogobierno para la anep, como lo hace la diputada de su sector Nora Castro, en el marco del debate sobre la ley de educación?
—No soy un especialista en esa temática, no me he especializado ni siquiera en el estudio de esta ley; cuando venga la estudiaré. Pero aquí también soy partidario de la descentralización. No concibo que las escuelas y los liceos sean dirigidos desde un centro lejano y remoto. Al fin de cuentas la escuela es un servicio público que se le brinda a la ciudadanía, y vos podés medir si ese servicio que te están brindando es bueno o malo. Tendrías que tocar algún pito en la materia, si falta la gente, si está sucia, si no vienen, si maltratan, tendrías que tener derecho a sacar del forro del orto al que hace eso.
—¿En qué medida esa realidad puede cambiar si la anep estuviera bajo control docente y no del Poder Ejecutivo?
—No, yo le tengo terror a la dictadura de los docentes: según he leído, a lo largo de la historia las peores dictaduras fueron las de los docentes, son temibles. La reforma de Córdoba comenzó como un grito de lucha contra la dictadura de los docentes, porque vos podés ser docente por antigüedad, te instalás en una cátedra universitaria y no te saca ni san puta, y podés enseñar que el hombre no desciende del mono, como ha pasado en grandes universidades. Es temible, jamás dejaría la enseñanza solamente en manos de los docentes, es un tema demasiado serio que tiene que estar en manos de la ciudadanía.
—La pregunta que uno se hace es por qué antes de este período de gobierno el tema de la burocracia no era colocado con este énfasis.
—El único que la coloca con énfasis soy yo. Es más, la burocracia predica, a través de sus grandes medios de comunicación, que no existe. Si habrá burocracia en Uruguay que hay un monopolio de tres canales desde épocas inmemoriales…
—Este gobierno no parece preocupado por ese tema…
—Es que después de que se hace la reglamentación y están las normas, las leyes, los reglamentos y los estatutos, cambiar eso…
—Se ha podido cambiar el sistema tributario, el sistema de salud. ¿Por qué no en el sentido de democratizar el acceso a los grandes medios electrónicos?
—La tecnología lo va a lograr, son monumentos a una civilización fallecida. Dentro de poco esos monopolios no van a tener ningún sentido, sencillamente porque se inventó la televisión digital, los satélites…
—¿Mientras tanto, entonces, lo dejamos así?
—No, yo no me niego a cambiarlo, pero para cambiarlo hay que modificar leyes, hay que modificar la Constitución, hay que modificar muchas cosas.
—Y hay que meterse con el lobby del poder económico que está detrás.
—Obviamente; ¿te creés que va a ser fácil luchar contra la burocracia? Es la que manda, yo tengo más miedo a que me haga la boleta la burocracia que a que me la haga un milico.
—¿El Frente Amplio (FA) no utilizó, en su época opositora, a parte de esta burocracia como aliada para acceder al gobierno?
—Sí, es probable, pero nosotros vivimos en Uruguay. Repito: es probable que nosotros también tengamos nuestra cuota parte de culpa en esto, porque este es un problema más profundo que el simplemente político, es un problema casi civilizatorio, es muy hondo este problema. Si no, ¿cómo te explicás que la mayoría de los jóvenes quieran ser empleados públicos en este país?
—¿No es mucho más difícil enfrentar la burocracia después de que se le rascó el lomo?
—Pero no le rascamos el lomo a la burocracia como concepto, siempre hablamos de la existencia de la burocracia. La derecha me dice –mis colegas en el Senado–: "Ahora venís a descubrir la burocracia, lo que querés es diluir las responsabilidades del gobierno". De verdad la vengo a descubrir ahora, yo creía que no era tan espantosa como es; yo era un bobo, lo confieso, era un tarado. Asumo mi error, creí que existía, pero ahora que llegamos al Poder Ejecutivo y podemos mirar el fondo del pozo y de ese abismo, es un monstruo colosal.
—¿Qué pasó con aquellos conflictos de intereses económicos, de clase, que para la izquierda explicaban buena parte de esta problemática?
—Estos son intereses de clase, la burocracia es una clase dominante, tal vez a nuestro análisis de clase le faltaba algo. Vamos a ser marxistas de verdad, no de mentira, vamos a analizar bien la sociedad en la que vivimos, analicemos todos los estamentos dominantes: la burguesía industrial, la burguesía exportadora, la burguesía de los sectores primarios, etcétera, y la burocracia, que fue la que nos derrotó.
—Al análisis marxista, si entiendo su razonamiento, habría que incorporarle el pensamiento de Kafka.
—(Se ríe.) O a Max Weber, a Trotsky, o a los anarquistas, que otrora denunciaron esto y fueron oportunamente masacrados.
—Usted fundamentó el alejamiento de la cap-l del mpp en cuestiones metodológicas: la forma de funcionamiento, cierta asfixia, etcétera. ¿No hay razones también ideológicas que expliquen ese alejamiento?
—Claro que sí. No es un problema puntual, sale de lo que vengo diciendo, que soy federal, como la feuu, como fucvam, como el FA, como el PIT-CNT, no soy centralista democrático.
—¿En el alejamiento no operaron otras razones, como la postura crítica del mpp respecto del accionar del gobierno, a la orientación de la política económica?
—No; de repente operaron cosas como la valoración estratégica del fa y su papel en la historia de Uruguay, y en el camino de los uruguayos hacia el socialismo. Algunos pensábamos que era una herramienta estratégica imprescindible y con un futuro estratégico, que no se trataba de alianzas circunstanciales sino estratégicas, por lo tanto ahí dependía de la importancia que le dieras y de tu relacionamiento con él. Otra podría ser tu relación con el gobierno, si el gobierno te es ajeno. O lo clásico que escuchás de los reformistas equivocados, que creen que la revolución se hace de otra manera y que por ahora no hay más remedio que transitar, que aceptar eso. Yo a eso me opongo, y digo que si este es un gobierno nuestro, que conquistamos nosotros, lo vamos a apoyar nosotros, lo vamos a criticar nosotros, pero en el buen entendido de que es nuestro y que somos parte inseparable de él ante nuestro pueblo.
—¿Sugiere que el mpp no está muy comprometido con la gestión de gobierno?
—(Piensa.) El problema es cuando te sentás en la tribuna… El asunto es más de fondo: o entrás a la cancha o te colocás en la tribuna; y además no sé qué tribuna, me tenés que explicar cuál es, para qué es y a dónde conduce. Me tenés que explicar qué es el socialismo, ese es otro de los motivos. Yo no acepto más que me digas que sos socialista, lamentablemente, por la prostitución de las palabras, hoy me tenés que explicar qué entendés por ello, porque hasta Sanguinetti en el Senado es socialista, dos por tres lo dice.
—Y no se lo supieron explicar.
—Ya está todo explicado. Es que mi pregunta no tiene sentido, ya está todo claro…
—Le respondieron que vaya a los manuales.
—Eso, que está todo ahí, en la hoja de ruta. Y yo pienso que no está todo ahí, al contrario, hay que elaborarlo; como hicieron esos clásicos, lo elaboraron analizando la realidad concreta, no le tuvieron miedo a la libertad ni le tuvieron miedo a la realidad, la encararon, la criticaron y eligieron el camino de acuerdo a esa realidad, no de acuerdo a un catecismo. A mí con decirme "hacia la liberación nacional y al socialismo"… ¿qué quiere decir concretamente hoy esa consigna? ¿Qué quiere decir hoy socialismo? Bueno, yo lo veo descentralizado, en vías de disolver al Estado, no sólo a la burocracia del Estado; no soy estatista, por lo tanto, soy privatizador, pero en el verdadero sentido de la palabra, porque la privatización se puede hacer a favor de la gente también, no sólo a favor de una empresa capitalista. Poner el poder en manos de sociedades de vecinos es una privatización. Yo la quiero, eso conduce hacia el socialismo tal como yo lo veo, plural.
—Sin embargo, la cap-l se mantiene ligada a esa concepción que critica, pues comparte el espacio de alianzas con el mpp.
—Porque acordamos con los documentos del VII Congreso, que fue el último; es más, contribuimos a redactarlos.
—No entiendo: la cap-l acuerda con el mpp en los documentos pero se aleja por las diferencias ideológicas que me citaba. ¿Hay que entender que esos documentos no son más que "progreso manuscrito"?
—Sí, a veces los documentos no son más que progreso manuscrito; depende que se cumplan o no se cumplan, de que los crean o no los crean. Yo los creo y los cumplo. Porque los documentos pueden servir para limpiarse el orto. En esta concepción no somos partidarios de que las discusiones sean eternas: si yo discrepo contigo, tan hermanos como siempre, vos hacé tu experiencia y yo no te molesto, yo hago la mía y vos no me molestes, y la práctica después dirá. Esto también tiene que ver con la cuestión de la federación y de las organizaciones no piramidales; en una organización ultracentralizada, piramidal, es casi incompatible la discrepancia, el discrepante se tiene que subsumir, callar, o se tiene que ir; son organizaciones excluyentes, que por lo general devienen en sectas muy reducidas. En esto otro, yo no molesto a nadie, me siento cómodo con Vaillant, con Saravia, con los compañeros del mpp; no les rompo las pelotas y ellos no me las rompen a mí. Capaz que nosotros, con nuestra manera de ser, nos acercamos a más cantidad de gente que otros con otra manera de ser. Ese es otro problema que dio lugar a muchas discrepancias: ¿el mpp es una organización de masas o una organización de cuadros? ¿El fa es una organización de masas o una organización de cuadros? Si es de masas no puede tener las formas organizativas propias de una guerrilla urbana, es casi un batallón de infantería, que son muy útiles en esos casos, yo tampoco iría a la guerra con una organización como la cap-l. Pero no estamos en esas circunstancias, ¿verdad?
—Dígame tres errores importantes del gobierno de Tabaré Vázquez.
—El tema de la energía no es un error adjudicable a Tabaré, pero no actuamos con la debida energía en 2005, apenas tomamos el gobierno; es un talón de Aquiles de Uruguay. Hacía 21 años que no se había hecho ninguna inversión y las que se habían hecho eran desastrosas. Si hubiéramos empezado rápido, no digo que habríamos podido resolver, pero habríamos paliado muchísimo, pero se necesitaba una decisión muy drástica, muy cortante, que no se produjo. No vale decir "yo lo planteé", tengo que ser coherente, si estoy en un Frente tengo que admitir que se discrepe. La cagada es que la práctica lamentablemente me dio la razón. Estoy dolorido, porque veo esto, los apagones: era tan claro que esto iba a pasar.
—¿Y en materia de distribución de la riqueza?
—No comparto mucho eso. Cuando asumimos estábamos no sólo en un pozo sino con la advertencia, admonición y preanuncio de que se iban los capitales, iba a reventar la inflación, iba a venir un desastre absoluto y total, un quilombo de novela. Y la verdad es que como participé en toda la crisis de 2002 y en la salida, esa tremenda situación que vivió el país estaba fresca en mi mente, dije "puede pasar". Milagrosamente no pasó en 2002, me acuerdo del flaco Atchugarry en aquellas sesiones de madrugada, con llantos en los pasillos porque se venía todo abajo; llantos blancos y colorados de verdad, no era joda, era una tragedia el país. En este boliche (N de R: una pizzería en el Buceo), en aquella mesa, se hizo una reunión con el Juanjo Ramos el 26 o el 27 de febrero, asumía Tabaré y teníamos la crisis de Cofac, que nos la dejaron, "tuya, Héctor", para provocarnos de entrada una crisis bancaria. Fue tremendo lo que hubo que conseguir para que el 1 de marzo estuviera encaminada la solución: ¡los contactos que hubo que hacer para conseguir la guita!
—Se ha distribuido adecuadamente la riqueza, entonces.
—Se ha hecho un esfuerzo enorme en tres años; la derecha nos está acusando de que gastamos demasiado, todo va para la pobreza, para el gasto social. Y no va más por culpa de ute, porque hoy estamos gastando 319 millones de dólares más vía rendición de cuentas y por eso nos acusa la derecha, y además nos peleamos por el destino de esos 319 millones, pero ute ya se tragó 340 ella sola. Podríamos haber destinado 600 millones ahorrados por el pueblo uruguayo, más de dos planes de emergencia.
—¿La cap-l tiene decidido por cuál candidato a la Presidencia de la República trabajará?
—Lo que tenemos definido es no lastimar a compañeras ni compañeros, ni a los candidatos ni a sus compañeros y compañeras, que son muchísimos, por un debate por cargos; cometeríamos un error garrafal, porque el problema es ganar en 2009, no es sólo la interna.
—Es muy factible que no haya un candidato de consenso en el congreso del fa y que, por ende, deba elegirse en las elecciones internas de abril.
—Estoy casi seguro de que se vaya a elecciones internas. Es casi un dato, si fuera un partido te diría "andá sacando la entrada, porque se van a agotar".
—¿Danilo Astori va a estar?
—Sí, creo que sí, no hay duda.
—¿Y José Mujica?
—No sé.
—¿Debería estar?
—Podría; Pepe también es un buen candidato a la Presidencia. Capaz que está. Y capaz que hay algún otro más.
—¿Seguro que en esa disyuntiva la cap-l no tiene su candidato?
—No, no entra en esa, no quiere entrar, entiende que no hay que entrar, porque queremos cumplir un papel articulador que aporte su granito de arena a la mejor solución para la batalla final, central, que viene después; esa es la que nos obnubila, que ocupa nuestros desvelos.
—Hay quienes sostienen que la formación de la Cap-L responde, entre otros motivos, a la necesidad de tender puentes desde el Espacio 609 con Astori...
—Eso más bien lo ha servido la prensa, como El Observador; lo inventa totalmente, es una manipulación política de los periodistas, que burocráticamente asumen el papel de políticos.
—Mire que ese tipo de especulaciones también llegaron a Brecha, y no precisamente por parte de operadores de la oposición…
—Puede ser, pero si quiero saber lo que piensa la Cap-L sé a quién tengo que dirigirme. El problema que nos ha pasado y que pudo dar lugar a toda esa especie, que más bien es periodística, es que como está medio de moda en ciertos ámbitos de la izquierda pegarle a Danilo, y nosotros no le pegamos, lo normal parece raro. Y nosotros no le pegamos a Danilo, como no le pegamos a nadie, porque entendemos que eso es suicida, es una estupidez monumental; de rebote es pegarle al gobierno, pegarnos a todos nosotros, porque él fue el que condujo la política económica que avalamos todos. Es de locos, es un internismo que va más allá de donde debe ir.
—En un escenario hipotético, si Mujica gana la elección interna, ¿cree que Astori acepta la Vicepresidencia?
—Creo que no.
—El problema pasa a ser, entonces, el día después.
—Claro, el enemigo principal es la derecha. Ese es otro de los problemas que dieron origen a la creación de la cap-l, discernir dónde está el enemigo principal. El enemigo principal es la derecha y la sentencia es el día que se hagan las elecciones nacionales, todo lo demás es funcional a ese triunfo. Pero además el día después tiene que ver con muchos otros problemas. Por ejemplo, si se da la circunstancia que decís, Danilo va a encabezar la lista de senadores de Asamblea Uruguay, y el Pepe no va a poder encabezar la lista de senadores del mpp. Y mirá que las calculadoras andan volando, no es tan sencillo, hay que pensar todo. Y pensar, por otra parte, que gran parte del triunfo electoral se juega en lo que falta de gestión, por lo tanto la gestión es muy importante, no hay que descuidarla y perder el tiempo en otras cosas.
—¿Hay que profundizar los cambios en este período de gobierno?
—Hay que profundizar los cambios, y va a haber batallas muy grandes.
—¿En qué sentido?
—En el sentido de repartir mejor la riqueza. Como dicen los chinos, o como dijeron cuando hicieron su última revolución, en los años 78 y 79: la única vara para medir si las cosas van bien o van mal es el bienestar del pueblo; aventaron el vanguardismo. Los gobiernos se miden por eso, sean socialistas, comunistas, anarquistas, trotskistas.
—¿Y la discusión programática?
—Es otro gran asunto, al que le damos más importancia que al tema candidatura. La discusión del programa se termina en setiembre, y estamos discutiendo pavadas. No sé cuáles son los grandes ejes del programa para un segundo período de gobierno, pero no deben ser más de cinco o seis, que hay que elegirlos muy bien. Uno de ellos es la energía, es una batalla estratégica para Uruguay, porque no podés seguir creciendo al ritmo al que estás creciendo y decir que vas a crecer más en el marco de un Uruguay productivo si nos quedamos sin energía. Es de locos, nos quedamos sin nafta.
—La anulación de la ley de caducidad va a ser otro eje de campaña.
—Puede serlo, si se juntan las firmas y se plebiscita va a ser un eje de la campaña electoral. Aclaro que voy a estar en la posición que estoy: no la voto, divide al fa, porque hay una cantidad de juristas que entienden que la anulación no tiene ningún sentido, no cumple ningún efecto. De aquí a que eso pase, veremos; capaz que me disciplino según lo que definan las mayorías de mi grupo político, de mi gente. Pero puede generar divisiones, ya las ha generado; parece que nos gustara meternos en temas que nos compliquen la vida, por gusto, como también el aborto. Si vos sabés que Pluma Blanca (N de R: Tabaré Vázquez) va a vetar, ¿para qué mierda lo hacés?
—¿Tanto debe pesar la opinión de Pluma Blanca?
—Pero con el dato de lo que Pluma Blanca dice no le voy a crear un problema político al FA por gusto. ¿Para qué lo hacemos?, ¿para quedar bien con las ong que nos financian? Tengo ese dato político y sigo adelante, ¿para qué?; es testimonial, es campaña electoral, es juntar votos para 2009. Hacelo con otra cosa, no lo hagas a costillas de un problema para el FA.
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"Que la clase media no joda mucho"
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—¿El gobierno está atendiendo adecuadamente a parte de su base social histórica, como es la clase media?
—El irpf golpeó sobre una parte de la clase media, es con lo único que se la golpeó, en todo lo demás está bigote para arriba: se batió el récord de compra de autos en estos tres meses –parezco Sanguinetti–, los boliches están llenos, se batió el récord de salidas al exterior en Turismo, no al Interior... Que la clase media no joda mucho, vamos a no ser malos y decir la verdad. La cosa va a ser un poco más leve cuando levantemos la franja del mínimo no imponible, porque eso va a aliviar los impuestos a lo largo de toda la cadena. Pero todavía tenemos demasiada pobreza de verdad, y tenemos prioridades; mirá lo que está pasando con los niños.
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"Soy partidario de la cuota joven"
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—El caudal electoral del MPP y del Espacio 609 obedece, en gran medida, a la potencialidad de un lidezargo como el de Mujica. ¿Se ha pensado en la fragilidad del movimiento si carece de ese liderazgo?
—Es un problema que tiene la izquierda uruguaya porque vivimos en un país de viejos. En realidad es un problema de Uruguay.
—Lo tiene sobre todo el mpp.
—Los liderazgos generalmente son de gente de edad, lo cual es grave.
—El de Mujica no es cualquier liderazgo.
—Estoy hablando de figuras como el Pepe, Tabaré, etcétera; esa pregunta es una interpelación tremenda de carácter estratégico para cualquier grupo del fa. Porque si mañana el Espacio 609 desaparece porque el Pepe no está, nacerá otra cosa; la lucha por eso no va a parar. La izquierda uruguaya seguirá existiendo, no se va a morir todo. Pero cuando esa dolencia aqueja a muchos sectores de la izquierda puede ser jodido. Y además hay un trabajo de formación y de trasmisión de la historia que fue interrumpido por la noche negra de la dictadura y el terror; puede ser un talón de Aquiles grave de la izquierda uruguaya. Por eso la cap-l hizo una apuesta a la juventud desde que nació, y planteó hacerla en todos los ámbitos de la vida política. Ahora discutíamos cuotas, y las mujeres lo tomaron a mal porque creyeron que era una sinvergüenzada mía cuando dije que sería partidario de la cuota joven; mujeres también, pero jóvenes.

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